miércoles, 6 de abril de 2016

Las organizaciones del movimiento obrero

Al compartir semejantes condiciones de trabajo y experiencias de vida, los obreros de los primeros años de la industrialización fueron desarrollando diversas formas de solidaridad entre ellos y se organizaron. Las jornadas muy extensas de trabajo, pésimas condiciones higiénicas, el trabajo de niños y mujeres y los salarios cada vez más bajos, debido a la desocupación originada por los cambios tecnológicos y agravada por el crecimiento demográfico, los impulsaron a organizarse. La concentración de numerosos obreros en las fábricas, a la vez que acentuaba la cooperación en el proceso de trabajo, estimulaba la solidaridad entre los trabajadores. Ello favoreció el surgimiento de las organizaciones obreras.

La ayuda mutua

Los trabajadores con intereses y riesgos comunes se plantearon la organización de centros de ayuda solidaria ante las contingencias que podían sufrir dada su propia situación, o por las condiciones laborales que no siempre estuvieron sujetas a normas protectoras respecto de enfermedades, accidentes o vejez. Estas organizaciones consistían en la asistencia médica y farmacéutica, subsidios por enfermedad, servicios de sepelio, entre otras cosas. Son anteriores a las Cajas de Jubilaciones y eran organizadas por los propios trabajadores. 

Los sindicatos

Los primeros movimientos obreros de resistencia aparecieron como protesta por los bajos salarios. A ello le siguió una ofensiva contra las máquinas a las que se responsabilizaba de las desgracias sufridas por los trabajadores. Hacia 1830 surgieron las primeras organizaciones sindicales en Inglaterra. Los sindicatos aparecieron como agrupaciones de trabajadores cuyo objetivo era negociar con los patrones por mejores condiciones de trabajo y mejores salarios. Después de varias décadas empezaron a ser reconocidos por los gobiernos y los empresarios como representantes de los trabajadores.

Las primeras organizaciones obreras internacionales

En la segunda mitad del siglo XIX, la clase obrera o proletariado fue tomando conciencia de su fuerza como colectivo. En 1864 se fundó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores, conocida como Primera Internacional. En ella tuvieron destacada participación Karl Marx y Frederich Engels, fundadores del socialismo científico. La meta de este movimiento era la destrucción del capitalismo y la construcción de una sociedad sin clases. La asociación se disolvió en 1876 debido a las discrepancias entre los socialistas y los anarquistas.

En 1889 nuevamente se concentraron trabajadores de distintos países para crear la Internacional Socialista, llamada Segunda Internacional. En ella no participaron los anarquistas y los socialistas tuvieron fuertes discusiones entre quienes defendían la vía revolucionaria para la toma del poder y quienes creían que el paso a una sociedad socialista podía lograrse gradualmente, con la participación de partidos políticos de obreros en las elecciones.

"La huelga de Creusot" del pintor francés Jules Adler (1899)


  

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