viernes, 27 de septiembre de 2019

Uruguayas en la Unión Soviética durante los años 1970s


EL PAÍS  QUÉ PASA

CIEN AÑOS: LA REVOLUCIÓN RUSA

Uruguayas en el Moscú de los 70

La familia Saxlund se radicó en 1972 en la capital soviética y algunos de sus integrantes vivieron allí hasta entrados los 90. Las hermanas Marta y Raquel recuerdan cómo era la vida bajo el régimen comunista: desde la música pop a una TV sin publicidad. Sus historias en el día a día.

Lunes, 23 Octubre 2017

Ricardo Saxlund fue un periodista uruguayo corresponsal en Moscú del diario de extracción comunista El Popular. En 1972, en medio de la persecución previa a la dictadura, llegó a la capital soviética con su esposa y sus 11 hijos, entre ellos Marta y Raquel Saxlund, quienes a su llegada a la URSS tenían 13 y 11 años.

Vivían en un apartamento cerca de la emblemática Plaza Roja. Aprendieron el idioma e hicieron la secundaria y la universidad en aquel país. Marta se recibió de periodista y volvió a Uruguay en 1984. Raquel se casó, tuvo dos hijos y permaneció hasta 1991. Ambas guardan buenos recuerdos de aquellos tiempos juveniles, mantienen amistades y han vuelto varias veces. Es más, Raquel planea otra visita en ocasión del Mundial de 2018.

Casas.

El Estado otorgaba vivienda a las familias, por lo general en apartamentos dentro de grandes complejos. Las puertas no daban a la calle, si no a un patio interior, que era el centro de la vida social de los vecinos. Había juegos infantiles y en invierno se formaban pistas de patinaje. A través de grandes arcos se daban las salidas a la calles exteriores.

Podía darse el confinamiento. Marta recuerda casos de apartamentos compartidos por varias familias. Se dividían las habitaciones y compartían la cocina, que podía tener dos o tres heladeras.

Bebidas.

El refresco gaseoso más popular era la Puratina, una especie de guaraná. Había una bebida cola con la marca Bailkal y existía un refresco de centeno fermentado, una especie de malta pero más fuerte. Rondando los 80, con mayor apertura en el régimen, aparecieron las primeras gaseosas de origen occidental: Fanta y Pepsi. Coca Cola por entonces no.

La tradición en helados era más básica que la uruguaya. "Todos eran de crema doble, como si fuera chantilly congelado, y a eso se le agregaban diferentes salsas o frutos", recuerda Marta.

Compras.

"Era muy común que lo que fueras a buscar al supermercado no estuviese. Entonces traías otra cosa y buscabas cambiarla por lo que necesitabas", asegura Raquel y ejemplifica: "Yo iba a buscar papel higiénico, pero como no encontraba, traía pasta de dientes. Y empezaba a hablar con los vecinos a ver quién me lo cambiaba por el papel".

Marta también recuerda las colas en los comercios. "No faltaba dinero, sino productos". La vestimenta tampoco tenía mucha variedad. Era frecuente que las tiendas vendieran las mismas prendas y las rusas de una región terminaran vestidas prácticamente iguales.

Educación.

Exclusivamente pública, los niños y adolescentes hacían primaria y secundaria en los mismos edificios. El liceo iba hasta "décimo", pero empezaba en lo que sería el cuarto de escuela uruguayo por lo que terminaba a los 16 o 17 años. El horario era de 8:00 a 14:00 horas.

Los docentes eran multifuncionales. "La directora daba las clases de literatura o de matemáticas y era también la administrativa", recuerda Marta. El énfasis en la disciplina no le pareció excepcional. "Igual que en Uruguay, te podían mandar a la dirección".

Los estudiantes universitarios con mejores niveles recibían un premio mensual de 60 rublos si eran rusos y de 90 para los extranjeros. Un almuerzo en comedores estudiantiles podía costar 1 o 1,5 rublos, por lo que a veces les daba para ahorrar.

Pioneros.

Los niños y adolescentes solían sumarse al Movimiento Pioneros, que era como los Scout, pero de raigambre comunista. Recibían el pañuelo rojo distintivo en ceremonias similares al juramento de la bandera y prometían seguir el ideario de Lenin y del Partido. Raquel Saxlund recuerda que recibió el pañuelo de la madre del cosmonauta Yuri Gagarin.

En verano se organizaban los campamentos de pioneros. Los adolescentes se iban ¡por 40 días! a instalaciones en las afueras de la ciudad. Había competencias de nado y otros deportes, además de otras actividades de trabajo en oficios de campo, juegos y entretenimiento.

Salud.

Gratuita y obligatoria, como la enseñanza. El Estado no solo daba acceso, sino que imponía a los ciudadanos chequeos médicos cada seis meses.

Marta cuenta que sufrió un episodio de rara alteración que implicaba que los niveles máximos y mínimos de su presión prácticamente no tuvieran diferencia. Fue estudiada y atendida por varios especialistas hasta que le dieron medicación específica para el mal y lo superó.

Unos 30 años después, en Uruguay, hizo la misma crisis y aquí le han dicho que no hay tratamiento para su condición. "Nuestros servicios de salud son lamentables", compara.

Televisión.

A las 21:00 era la hora del informativo, llamado Tiempo. Comenzaba con un boletín informativo del Comité Central del Partido Comunista y luego se daban noticias internacionales y el pronóstico del clima. Duraba media hora.

Otros contenidos de los canales de TV era series de ficción, como 17 instantes de la primavera, muy recordada por Marta. No existía la publicidad.

El programa Encuentro con los niños se emitía antes del informativo. Era conducido por una señora que aparecía en pantalla con un muñeco de conejo y daba las buenas noches a los niños.

Transporte.

Tener un auto era un lujo en la URSS de los 70, reservado a los funcionarios con cargo medio o alto en el Partido Comunista. Las marcas eran Lada y Moskvich, en orden de prestigio.

La mayoría de las personas se movilizaba en el transporte público en trenes, subtes, ómnibus, trolebuses o taxis.

Raquel menciona otra modalidad. "El Uber de hoy era común en la Unión Soviética. Parabas a cualquier auto que pasaba y le preguntabas cuánto te cobraba por llevarte".

El pasatiempo durante los viajes era la lectura. "Así como hoy van todos con el celular, en la URSS se leía", recuerda Marta. Los libros eran baratos y a la cabeza de las preferencias estaba la poesía.

Esparcimiento.

La salida cultural preferida por los rusos hasta hoy es el teatro. Los concurrentes se visten de gala para asistir al Bolshói (Gran teatro).

En los cafés no se podía permanecer charlando porque había colas de espera. En un restaurante podía ocurrir lo contrario. "Te sentabas en una mesa y venía un funcionario a decirte que no había lugar. Nosotros ya cumplimos con el plan, ya atendimos las 10 mesas que nos tocaban, decía y no había caso", recuerda Raquel.
Por más que no había boliches nocturnos, los jóvenes solían hacer grandes fiestas cuando finalizaban el secundario en "décimo". Comenzaban en la misma escuela y luego hacían paseos por la ciudad.

A los 18 años, los varones iniciaban el servicio militar obligatorio, por lo que los amigos organizaban despedidas en casas. Ahí corría mucho el alcohol, o sea, el vodka. La tradición indicaba empinarla a temperatura natural. También tomaban cerveza.

Música.

La música pop soviética que sonaba en los años 70 les recuerda a las hermanas Saxlund a Márama o Rombai. "Cuando escuché por primera vez la cumbia cheta, me acordé enseguida de los acordes de aquellos años", dice Marta.

También había cantantes de música folclórica o patriótica. Los artistas extranjeros de mayor llegada eran Los Beatles, Rolling Stones, Raphael o Lolita Torres.

El final.

Raquel tenía dos grandes amigas en la URSS, ambas de nombre Tania. Una era vecina del complejo y la otra hija de un funcionario del partido. "Tenía acceso a todo lo que quisiera: ropa, gustos... Luego de la Perestroika, no soportó el cambio y se suicidó", relata.

La URSS cayó en 1991. Para ese entonces, casi todos los Saxlund se habían vuelto a Uruguay. Solo quedó Ricardo, el padre, un enamorado del país. Falleció en Moscú en 1995 y allí están sepultados sus restos. Para Marta, aquellos años fueron "muy felices". Raquel también los valora especialmente. "Lo que me dio la URSS no me lo hubiera dado nunca Uruguay".

"El cine no demonizaba a Estados Unidos".

Durante la Guerra Fría, gran parte de las películas de acción o bélicas de Hollywood se encargó de asociar a los soviéticos con el rol villano. Las uruguayas Marta y Raquel Saxlund no recuerdan el caso inverso. Ellas vivieron en la URSS entre 1972 y 1991. "De EE.UU. no se hablaba prácticamente". Las películas nacionalistas se afirmaban en el triunfo sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, que en la URSS así como en la Rusia de hoy se le llama Gran Guerra Patria. "Los malos habían sido los nazis, la ultraderecha".

Las tres grandes fechas patrias de la URSS eran el 1 de mayo por el Día de los Trabajadores, 9 de mayo, que se celebraba el triunfo sobre el nazismo, y el 7 de noviembre como aniversario de la Revolución de Octubre. En todos los casos había desfiles en la Plaza Roja, muchas veces con tanques, misiles y armamento militar muy pesado que al irse pasaba por la puerta de la casa de las uruguayas. "Las primeras veces nos asustábamos".

jueves, 26 de septiembre de 2019

Hitos y curiosidades de la Guerra Fría

Hitos y curiosidades de la Guerra Fría

Publicado: 2 feb 2014 09:20 GMT

https://actualidad.rt.com/actualidad/view/118744-hitos-curiosidades-guerra-fria-eeuu-urss

Los más de cuarenta años marcados por la tensión geopolítica, económica e ideológica entre la URSS y EE.UU. pasaron a la historia como la Guerra Fría (1946 - 1991), un periodo bien conocido y plagado de hechos e hitos históricos.

¿Quién inventó el término Guerra Fría?

El uso del término Guerra Fría se generalizó en el año 1945 para designar las tensiones geopolíticas entre la URSS y EE.UU. Por primera vez apareció el 19 de octubre de 1945 en un artículo de George Orwell titulado 'Tú y la bomba atómica' en el diario británico 'Tribune', donde sostenía que la aparición de las bombas atómicas llevarán a la aparición de dos o tres megapotencias que, de una parte, podrían matar a millones de personas y, de otra, comprometerse a no atacar nunca a otras megapotencias. A dicha situación Orwell la denominó "guerra fría". No obstante, fue el financiero estadounidense y consejero presidencial Bernard Baruch quien usó oficialmente el término por primera vez el 16 de abril de 1947 durante un discurso en la Camará de Representantes de Carolina del Sur cuando afirmó: "No nos engañemos: estamos inmersos en una Guerra fría". A popularizar el término también contribuyó el columnista Walter Lippmann con la edición en 1947 de un libro titulado 'Guerra fría'.

300 bombas para 100 ciudades soviéticas

En 1949 EE.UU. elaboró el plan 'Dropshot' con la vista puesta en una eventual guerra nuclear contra URSS y que contemplaba el lanzamiento de 300 bombas atómicas y de 29.000 misiles de gran potencia sobre más de 200 objetivos en 100 ciudades soviéticas para prevenir la expansión de la URSS y la unión de nuevas repúblicas. El comienzo de la guerra fue fijado para el 1 de enero de 1957, pero, según los historiadores, el plan no fue aprobado por el Estado Mayor Conjunto o la Junta de Jefes del Estado Mayor. Hasta 1951 fue usado a menudo como fuente de información sobre lo que haría falta para hacer frente a la URSS y cuánto costaría.

Bomba atómica en la Luna

El plan secreto Proyecto A119 o 'Estudio sobre los vuelos científicos a la Luna' fue elaborado en 1958 por la Fuerza Aérea de EE.UU. y consistía en detonar una bomba nuclear sobre la superficie de la Luna. Se presume que el plan tenía como objetivo demostrar la superioridad de EE.UU. en relación a la URSS y al resto del mundo durante la Guerra Fría. La mayor parte de los documentos relacionados con el plan, que fue revelado solo en el año 2000, ha sido destruida y Washington no ha confirmado oficialmente la existencia de dicho programa. 

La clave secreta del arsenal nuclear de EE.UU. era '00000000'

Durante cerca de 20 años las claves de lanzamiento de misiles intercontinentales se componían de ocho ceros. En 1962 el presidente John Kennedy firmó un decreto para proteger cada arma nuclear del sistema PAL excluyendo la posibilidad de lanzamiento sin la clave correcta ni una autorización. Estos sistemas fueron instalados bajo la supervisión del secretario de Defensa de la época, Robert McNamara. En 1977 fue tomada la decisión de cambiar el clave y poner a cada misil su clave individual.

8 billones de dólares para la guerra ideológica

El historiador de relaciones internacionales Walter LaFeber ha calculado que EE.UU. desembolsó durante la Guerra Fría alrededor de 8 billones de dólares, si se tiene en cuenta el dinero que EE.UU. gastó en la guerra de Corea y de Vietnam, la intervención en Afganistán, Nicaragua, Cuba, Chile, Republica Dominicana y Granada, las operaciones de la CIA y el desarrollo de armamento.

Medallas bipolares

En abril de 2007 el Congreso de EE.UU. aprobó un proyecto de ley para establecer un nuevo galardón por la participación en la Guerra Fría. Se trata de una medalla sin estatus oficial que el Ejército de EE.UU. no reconoce. Cualquier soldado que sirviera en las Fuerzas Armadas de EE.UU. durante este periodo, puede adquirir esta medalla. Solo Louisiana, Texas y Alaska la consideran una medalla oficial.  En EE.UU. existe una asociación de veteranos de la Guerra Fría que exige ser reconocida por las autoridades pero que solo ha logrado que el Departamento de Defensa les entregue certificados que confirman su participación en la Guerra Fría.

La Operación Anádir en Cuba

Así fue como los militares de la URSS llamaron al emplazamiento ultrasecreto de misiles balísticos nucleares, bombarderos de medio alcance y una división de infantería mecanizada en Cuba. La medida se llevó a efecto en octubre de 1962 en respuesta al desplazamiento de los misiles estadounidenses en Turquía, Italia e Inglaterra, y llevó la tensión entre las dos superpotencias a su punto álgido.

jueves, 12 de septiembre de 2019

Getulio Vargas y el populismo brasileño

Llegado al poder mediante un golpe militar, Getulio Vargas impulsó una firme política de promoción industrial y de reformas sociales. En su primer gobierno (1930-1937), favoreció la creación de empleos, muchos de ellos en la administración estatal y otros a través de un amplio programa de obras públicas. Defendió el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas y el derecho de sindicalización de los trabajadores, con quienes mantuvo una relación oscilante entre el control y el paternalismo.

La Constitución de 1934, aprobada durante su mandato, sancionó el voto secreto y el sufragio femenino, pero, pese a estas disposiciones democráticas, en 1935 Vargas declaró el estado de sitio. Inspirado en las formas del corporativismo fascista, especialmente en el modelo portugués de Oliveira Salazar, actuó por fuera de las instituciones, basándose en el apoyo de una amplia coalición social.

El Estado Novo ( 1 9 3 7 - 1 9 4 5 )

El modelo netamente populista desarrollado por Vargas tras un segundo golpe de Estado, tuvo sus bases en una alianza policlasista integrada, en primer término, por la burguesía que lo apoyó desde el comienzo y para la que había desplegado medidas de incentivo y proteccionismo industrial. A la burguesía se sumaron sectores de las clases medias, amparadas en el Estado benefactor y proveedor de empleos o en los nuevos cargos técnicos requeridos por el desarrollo manufacturero y comercial. Los obreros constituyeron una de las columnas vertebrales del Estado Novo, doblemente beneficiados por el desarrollo fabril y la legislación social. En ellos el presidente encontró firmes aliados. Procedentes, en su mayoría, del medio rural y sin experiencia sindical fueron fácilmente manejados por el gobierno, que en 1945 fundó el Partido Trabalhista Brasileiro, con los sindicatos apoyados por el Ministerio de Trabajo.

La vieja oligarquía terrateniente, a la que el régimen no afectó en sus intereses fundamentales, también fue convocada a integrar el nuevo proyecto nacional. Durante este período, Vargas prescindió del Parlamento y de los partidos políticos y desconoció la autonomía de los gobiernos estatales. Sin embargo, los sectores más conservadores, junto con los militares que habían sido los principales apoyos al comienzo de su gobierno, consideraron que su política social estaba girando peligrosamente a "la izquierda". En 1945, un nuevo golpe militar, esta vez en su contra, lo obligó a renunciar.

Getulio Vargas. En 1954, acosado por todas partes y completamente solo, Getulio Vargas se suicidó dejando una carta-testamento donde denunciaba la alianza en su contra de la oligarquía y el imperialismo. 

"No quieren que el obrero sea libre. No quieren que el pueblo sea independiente. [...] Luché contra la explotación del Brasil. Luché contra la explotación del pueblo. [...] Les di mi vida. Ahora les doy mi muerte." 

Tomado de Historia 3, Editorial Santillana.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

EL POPULISMO

El término populismo es amplio y ambiguo, pero refiere, en general, a un modelo socio-político característico de América Latina entre principios de los treinta y mediados de los cincuenta.

Aunque con matices, el populismo ensayó una forma particular de incorporación de las masas a la vida política, por fuera de los partidos y de las instituciones democráticas.

Se dirigió principalmente a los sectores populares —trabajadores urbanos y, en ocasiones, también campesinos—, convocados por la fuerte personalidad de un líder carismático. Pero no se apoyó solamente en ellos. Fue una alianza multiclasista que, en la medida en que llevó adelante una política nacionalista e industrializadora, contó con el respaldo de sectores de la burguesía, las clases medias y el ejército.

Aunque sus discursos contra la oligarquía y el imperialismo puedan asemejarlo al marxismo, estuvo lejos de esta ideología, a la que en muchos casos combatió. Su propósito no era la lucha de clases, sino la armonía de todos los que querían el "desarrollo nacional". No cuestionó al capitalismo y, aunque con frecuencia aplicó una amplia política de beneficios sociales, intentó controlar desde el gobierno al movimiento sindical.

Tomado de Historia 3, Editorial Santillana.

martes, 10 de septiembre de 2019

Economía y sociedad en Uruguay durante la segunda guerra mundial

Los gobiernos de Baldomir y Amézaga continuaron con el apoyo a la industria. Los recursos para ello provinieron del agro, cuyas exportaciones crecieron en virtud de la demanda de carnes y lanas producida por el conflicto mundial. El aumento de las exportaciones arrojó un saldo favorable en la balanza comercial y se tradujo en un importante incremento de las reservas de oro en el Banco República. El BROU siguió monopolizando la compra-venta de divisas mediante un complejo sistema de cambios múltiples, que establecía distintos precios según listas de productos preferenciales. La política de subsidios y exenciones fiscales a la industria provocó un importante crecimiento del producto manufacturero. También aumentaron algunos rubros de la producción agrícola, como el lino y el girasol.

El crecimiento del sector secundario implicó el de la clase obrera. Durante el período de la política de sustitución de importaciones, entre 1936 y 1959, el número de obreros creció un 210%, mientras la población lo hizo un 30%. La concentración industrial favoreció la organización sindical. Se fundaron y consolidaron muchos gremios, incluso de "cuello blanco" como el de los bancarios en 1942. Ese mismo año se fundó la UGT —Unión General de Trabajadores—, que congregó a más de 65 gremios, aunque muchos se mantuvieron apartados ya que dicha central sindical era de tendencia comunista. En esa época hubo grandes huelgas, como la del Frigonal en 1943, a la que se plegaron todos los sindicatos de la carne.

Aun dividido, el movimiento sindical obtuvo importantes beneficios, como la instauración de los Consejos de Salarios y varias medidas de legislación social que apuntaban a aumentar la calidad de vida de los trabajadores y a sostener un mercado interno imprescindible para el desarrollo industrial. En el mismo sentido, el Estado se mantuvo como un importante proveedor de empleos, y así engrosó las filas de las clases medias.

La ley de Consejo de Salarios, promulgada en el año 1943, sentaba a dialogar en una misma mesa a representantes del gobierno, de los trabajadores y de las patronales. Esta medida formaba parte de las que buscaban, entre otros objetivos, mejorar las condiciones de salario y de vida de los trabajadores, a fin de crear el mercado interno que requería la industria por sustitución de importaciones. Otras leyes laborales que se destacaron fueron la de Indemnización por Accidentes de Trabajo, en 1941; la de Asignaciones Familiares, en 1943; la de Indemnización por Despido, en 1944. En 1946, por otra parte, se equipararon los derechos civiles de las mujeres a los de los hombres.

Uruguay durante la segunda guerra mundial: la política

El "golpe bueno" de Baldomir

En 1938 la población uruguaya hacía 5 años que vivía la denominada dictadura de Terra. La particularidad era que esta dictadura había sido legitimada mediante una constitución y en elecciones nacionales, con la participación de los sectores más conservadores del Partido Colorado y del Partido Nacional. En 1938 el presidente electo fue el General Alfredo Baldomir, cuñado de Gabriel Terra. Sin embargo, el nuevo presidente inició rápidamente contactos con la oposición política para introducir algunos cambios.

En julio de 1938, una multitudinaria manifestación en Montevideo ratificó la necesidad de un cambio, reclamando "nueva Constitución y leyes democráticas". La circunstancia internacional, con la segunda guerra mundial en puerta, también incidió en el proceso. Aunque Uruguay al principio mantuvo la neutralidad, la influencia anglo-francesa en la historia del país alimentaba una corriente proaliada, de modo que las presiones de Francia e Inglaterra para que Uruguay rompiera relaciones con las dictaduras alemanas e italianas coincidían con los reclamos por “leyes democráticas”. Un acontecimiento decisivo para comenzar a desarmar la neutralidad uruguaya en la guerra fue el episodio del acorazado alemán Graf Spee, sucedido en septiembre de 1939, apenas comenzada la guerra. Un breve relato de los sucedido se puede leer en el siguiente link






Baldomir entendía que era necesaria una nueva Constitución para destrabar la situación interna, pero se encontraba bloqueado para tramitarla con un Senado que solo tenía representantes del terrismo y el herrerismo, que eran los sectores conservadores de los partidos tradicionales. En febrero de 1942 disolvió las Cámaras y convocó a una Junta para elaborar una Constitución sin excluidos. Paradójicamente, se volvió a la democracia a través de un golpe de Estado que por su finalidad y el modo en que fue hecho se lo llamó "el golpe bueno".

La Constitución de 1942 fue plebiscitada en noviembre de ese año, conjuntamente con la realización de las elecciones nacionales. Estas dieron el triunfo a Juan José de Amézaga, candidato de consenso presentado por el baldomirismo y el batllismo. Los blancos votaron divididos debido a las discrepancias entre herreristas y nacionalistas independientes, y los partidos minoritarios lograron escasa representación. Pese a esta fragmentación, Amézaga contó con un amplio respaldo.


La guerra exigía definiciones claras de los gobiernos latinoamericanos. La creciente hegemonía de Estados Unidos en el continente y su ascendencia en la resolución de los conflictos mundiales sustentaron la teoría de la "defensa hemisférica". En la Conferencia de Cancilleres de Río, en 1942, se resolvió romper relaciones con el Eje. En febrero del 1945, finalmente, se declaró la guerra a Alemania y Japón.


La liberación de París también se celebró en Montevideo

Textos tomados y adaptados de Historia 3. Ed. Santillana.