martes, 31 de julio de 2018

Hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial

En este resumen el historiador inglés Eric Hobsbawmn explica el desenlace final  de la segunda guerra mundial.

Las decisiones de invadir Rusia y declarar la guerra a los Estados Unidos decidieron el resultado de la segunda guerra mundial. Esto no se apreció de forma inmediata, pues las potencias del Eje alcanzaron el cénit de sus éxitos a mediados de 1942 y no perdieron la iniciativa militar hasta 1943. Además, los aliados occidentales no regresaron de manera decidida al continente europeo hasta 1944, pues aunque consiguieron expulsar a las potencias del Eje del norte de África y llegaron hasta Italia, su avance fue detenido por el ejército alemán. Entretanto, la única arma que los aliados podían utilizar contra Alemania eran los ataques aéreos que, como ha demostrado la investigación posterior, fueron totalmente ineficaces y sólo sirvieron para causar bajas entre la población civil y destruir las ciudades. Sólo los ejércitos soviéticos continuaron avanzando, y únicamente en los Balcanes —principalmente en Yugoslavia, Albania y Grecia— se constituyó un movimiento de resistencia armada de inspiración comunista que causó serios quebrantos militares a Alemania y, sobre todo, a Italia. Sin embargo, Winston Churchill no se equivocaba cuando afirmó después del episodio de Pearl Harbor que la victoria era segura «si se utilizaba adecuadamente una fuerza abrumadora». Desde los últimos meses de 1942, nadie dudaba del triunfo de la gran alianza contra las potencias del Eje. Los aliados comenzaron ya a pensar cómo administrarían su previsible victoria.

No es necesario continuar la crónica de los acontecimientos militares, excepto para señalar que, en el oeste, la resistencia alemana fue muy difícil de superar incluso cuando los aliados desembarcaron en el continente en junio de 1944.(...) En el este, la determinación de Japón de luchar hasta el final fue todavía más inquebrantable, razón por la cual se utilizaron las armas nucleares en Hiroshima y Nagasaki para conseguir una rápida rendición japonesa. La victoria de 1945 fue total y la rendición incondicional. Los estados derrotados fueron totalmente ocupados por los vencedores y no se firmó una paz oficial porque no se reconoció a ninguna autoridad distinta de las fuerzas ocupantes, al menos en Alemania y Japón. Lo más parecido a unas negociaciones de paz fueron las conferencias celebradas entre 1943 y 1945, en las que las principales potencias aliadas —los Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña— decidieron el reparto de los despojos de la victoria e intentaron (sin demasiado éxito) organizar sus relaciones mutuas para el período de posguerra: en Teherán en 1943, en Moscú en el otoño de 1944, en Yalta (Crimea) a principios de 1945 y en Potsdam (en la Alemania ocupada) en agosto de 1945. En otra serie de negociaciones interaliadas, que se desarrollaron con más éxito entre 1943 y 1945, se estableció un marco más general para las relaciones políticas y económicas entre los estados, decidiéndose entre otras cosas el establecimiento de las Naciones Unidas. 

En mayor medida, pues, que en la «gran guerra», en la segunda guerra mundial se luchó hasta el final, sin que en ninguno de los dos bandos se pensara seriamente en un posible compromiso, excepto por parte de Italia, que cambió de bando y de régimen político en 1943 y que no recibió el trato de territorio ocupado, sino de país derrotado con un gobierno reconocido. (…) Para ambos bandos esta era una guerra de de ideologías. Era también una lucha por la supervivencia para la mayor parte de los países involucrados. Como lo demuestran los casos de Polonia y de las partes ocupadas de la Unión Soviética, así como el destino de los judíos, cuyo exterminio sistemático se dio a conocer gradualmente a un mundo que no podía creer que eso fuera verdad, el precio de la derrota a manos del régimen nacionalsocialista alemán era la esclavitud y la muerte. Por ello, la guerra se desarrolló sin límite alguno. La segunda guerra mundial significó el paso de la guerra masiva a la guerra total. 






sábado, 28 de julio de 2018

Desarrollo de la segunda guerra mundial

En el siguiente resumen el historiador inglés Eric Hobsbawm nos relata el desarrollo de la guerra mundial de 1939-1945.
Alemania (y más tarde Japón) necesitaba desarrollar una rápida ofensiva por las mismas razones que en 1914. En efecto, una vez unidos y coordinados, los recursos conjuntos de sus posibles enemigos eran abrumadoramente superiores a los suyos. Ninguno de los dos países había planeado una guerra larga ni confiaban en armamento que necesitase un largo período de gestación. (Por el contrario, los británicos, conscientes de su inferioridad en tierra, invirtieron desde el principio su dinero en el armamento más costoso y tecnológicamente más complejo y planearon una guerra de larga duración en la que ellos y sus aliados superarían la capacidad productiva del bando enemigo.) Los japoneses tuvieron más éxito que los alemanes y evitaron la coalición de sus enemigos, pues se mantuvieron al margen en la guerra de Alemania contra Gran Bretaña y Francia en 1939-1940 y en la guerra contra Rusia a partir de 1941. (...) Japón sólo participó en la guerra contra Gran Bretaña y los Estados Unidos, pero no contra la URSS, en diciembre de 1941. Por desgracia para Japón, la única potencia a la que debía enfrentarse, los Estados Unidos, tenía tal superioridad de recursos que habría de vencer con toda seguridad.
Alemania pareció correr mejor suerte en un principio. En los años treinta, y a pesar de que se aproximaba la guerra, Gran Bretaña y Francia no se unieron a la Rusia soviética, que finalmente prefirió pactar con Hitler, y por otra parte, los asuntos internos sólo permitieron al presidente de los Estados Unidos, Roosevelt, prestar un respaldo verbal al bando al que apoyaba apasionadamente. Por consiguiente, la guerra comenzó en 1939 como un conflicto exclusivamente europeo, y, en efecto, después de que Alemania invadiera Polonia, que en sólo tres semanas fue aplastada y repartida con la URSS, enfrentó en Europa occidental a Alemania con Francia y Gran Bretaña. En la primavera de 1940, Alemania derrotó a Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y Francia con gran facilidad, ocupó los cuatro primeros países y dividió Francia en dos partes, una zona directamente ocupada y administrada por los alemanes victoriosos y un «estado» satélite francés con su capital en un balneario de provincias, Vichy. Para hacer frente a Alemania solamente quedaba Gran Bretaña, donde se estableció una coalición de todas las fuerzas nacionales encabezada por Winston Churchill y fundamentada en el rechazo radical de cualquier tipo de acuerdo con Hitler. Fue en ese momento cuando la Italia fascista decidió erróneamente abandonar la neutralidad en la que se había instalado prudentemente su gobierno, para decantarse por el lado alemán.
A efectos prácticos, la guerra en Europa había terminado. Aun si Alemania no podía invadir Gran Bretaña por el doble obstáculo que suponían el mar y la Royal Air Force, no se veía cómo Gran Bretaña podría retornar al continente, y mucho menos derrotar a Alemania. Durante varios meses de 1940-1941 Gran Bretaña resistió en solitario. (…) Mientras tanto, se estaba reestructurando el mapa europeo. La URSS, previo acuerdo con Alemania, ocupó los territorios europeos que el imperio zarista había perdido en 1918 y Finlandia. Los intentos británicos de extender la guerra a los Balcanes desencadenaron la esperada conquista de toda la península por Alemania, incluidas las islas griegas.
De hecho, Alemania atravesó el Mediterráneo y penetró en África cuando pareció que su aliada, Italia, cuyo desempeño como potencia militar en la segunda guerra mundial fue muy decepcionante, perdería todo su imperio africano a manos de los británicos, que lanzaban su ofensiva desde su principal base situada en Egipto. El Afrika Korps alemán, a cuyo frente estaba uno de los generales de mayor talento, Erwin Rommel, amenazó la posición británica en el Próximo Oriente.
La guerra se reanudó con la invasión de la URSS lanzada por Hitler el 22 de junio de 1941, fecha decisiva en la segunda guerra mundial. Era una operación tan disparatada —ya que forzaba a Alemania a luchar en dos frentes— que Staiin no imaginaba que Hitler pudiera intentarla. Pero en la lógica de Hitler, el próximo paso era conquistar un vasto imperio terrestre en el Este, rico en recursos y en mano de obra servil, y como todos los expertos militares, excepto los japoneses, subestimó la capacidad soviética de resistencia. (…) El avance inicial de los ejércitos alemanes fue tan veloz, y al parecer tan decisivo, como las campañas del oeste de Europa. A principios de octubre habían llegado a las afueras de Moscú y existen pruebas de que durante algunos días el propio Stalin se sentía desmoralizado y pensó en firmar un armisticio. Pero ese momento pudo ser superado y las enormes reservas rusas en cuanto a espacio, recursos humanos, resistencia física y patriotismo, unidas a un extraordinario esfuerzo de guerra, derrotaron a los alemanes y dieron a la URSS el tiempo necesario para organizarse eficazmente. 

Al no haberse decidido la batalla de Rusia tres meses después de haber comenzado, como Hitler esperaba, Alemania estaba perdida, pues no estaba equipada para una guerra larga ni podía sostenerla. A pesar de sus triunfos, poseía y producía muchos menos aviones y carros de combate que Gran Bretaña y Rusia, por no hablar de los Estados Unidos. La nueva ofensiva lanzada por los alemanes en 1942, una vez superado el terrible invierno, pareció tener el mismo éxito que todas las anteriores y permitió a sus ejércitos penetrar profundamente en el Cáucaso y en el curso inferior del Volga, pero ya no podía decidir la guerra. Los ejércitos alemanes fueron contenidos, acosados y rodeados y se vieron obligados a rendirse en Stalingrado (verano de 1942-marzo de 1943). A continuación, los rusos iniciaron el avance que les llevaría a Berlín, Praga y Viena al final de la guerra. Desde la batalla de Stalingrado, todo el mundo sabía que la derrota de Alemania era sólo cuestión de tiempo.
Mientras tanto, la guerra, aunque seguía siendo básicamente europea, se había convertido realmente en un conflicto mundial. (…) El triunfo de Hitler en Europa dejó vacío imperialista en el sureste de Asia. La ocasión fue aprovechada por Japón para establecer un protectorado sobre los indefensos restos de las posesiones francesas en Indochina. Los Estados Unidos consideraron intolerable esta ampliación del poder del Eje hacia el sureste asiático y comenzaron a ejercer una fuerte presión económica sobre Japón, cuyo comercio y suministros dependían totalmente de las comunicaciones marítimas. Fue este conflicto el que desencadenó la guerra entre los dos países. El ataque japonés contra Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941 dio al conflicto una dimensión mundial. En el plazo de unos pocos meses los japoneses se habían apoderado de todo el sureste de Asia, tanto continental como insular, amenazando con invadir la India desde Birmania en el oeste, y la zona despoblada del norte de Australia, desde Nueva Guinea.
Probablemente Japón no podría haber evitado la guerra con los Estados Unidos a menos que hubiera renunciado a conseguir un poderoso imperio económico, que era la piedra angular de su política. Sin embargo, no cabía esperar que los Estados Unidos de Roosevelt, tras haber visto las consecuencias de la decisión de las potencias europeas de no resistir a Hitler y a Mussolini, reaccionaran ante la expansión japonesa como lo habían hecho británicos y franceses frente a la expansión alemana. En cualquier caso, la opinión pública estadounidense consideraba el Pacífico (no así Europa) como escenario normal de intervención de los Estados Unidos, consideración que también se extendía a América Latina. El «aislacionismo» de los Estados Unidos sólo se aplicaba en relación con Europa. De hecho, fue el embargo occidental (es decir, estadounidense) del comercio japonés y la congelación de los activos japoneses lo que obligó a Japón a entrar en acción para evitar el rápido estrangulamiento de su economía, que dependía totalmente de las importaciones oceánicas. La apuesta de Japón era peligrosa y, en definitiva, resultaría suicida. Japón aprovechó tal vez la única oportunidad para establecer con rapidez su imperio meridional, pero como eso exigía la inmovilización de la flota estadounidense, única fuerza que podía intervenir, significó también que los Estados Unidos, con sus recursos y sus fuerzas abrumadoramente superiores, entraron inmediatamente en la guerra. Era imposible que Japón pudiera salir victorioso de este conflicto.
El misterio es por qué Hitler, que ya estaba haciendo un esfuerzo supremo en Rusia, declaró gratuitamente la guerra a los Estados Unidos, dando al gobierno de Roosevelt la posibilidad de entrar en la guerra europea al lado de los británicos sin tener que afrontar una encarnizada oposición política en el interior. Sin duda, a los ojos de las autoridades de Washington, la Alemania nazi era un peligro mucho más grave, o al menos mucho más general, para la posición de los Estados Unidos —y para el mundo— que Japón. Por ello decidieron concentrar sus recursos en el triunfo de la guerra contra Alemania, antes que contra Japón. Fue una decisión correcta. Fueron necesarios tres años y medio para derrotar a Alemania, después de lo cual la rendición de Japón se obtuvo en el plazo de tres meses. No existe una explicación plausible para la locura de Hitler, aunque es sabido que subestimó por completo, y de forma persistente, la capacidad de acción y el potencial económico y tecnológico de los Estados Unidos, porque estaba convencido de que las democracias estaban incapacitadas para la acción. 


 

lunes, 23 de julio de 2018

Los hechos más importantes de la Segunda Guerra Mundial

La Invasión de Polonia

La Invasión de Polonia en 1939 realizada por la Alemania Nazi anexionándose a Polonia, se inició el 1 de septiembre de 1939 y finalizó con la rendición del ejército polaco. Esta invasión desencadenó la Segunda Guerra Mundial. Este ataque fue el primero de Hitler. Fue una fácil derrota ya que los polacos se encontraban en minoría. La caída de Polonia también se debió al pacto de no agresión entre Alemania y la Unión Soviética y la ausencia de ayuda de los aliados polacos, Reino Unido y Francia. Se provocó la muerte de más del 20% de la población polaca. Tras la invasión de Polonia, Alemania recibió un ultimátum de Francia y Gran Bretaña, debido al incumplimiento del tratado de Múnich por parte de Alemania ya que en él no se permitía ninguna invasión más a territorios europeos de Alemania.

Pearl Harbor

El ataque a Pearl Harbor fue ejecutado por la Marina Imperial Japonesa en el 7 de diciembre de 1941. Fue dirigido contra la Armada de los Estados Unidos y sus fuerzas aéreas. Esto provocó la Campaña del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial. El objetivo era destruir la flota americana y ocupar las colonias europeas en el Pacífico para poder romper la crisis que sufría Japón. El ataque mató a más de 2000 militares. Después del ataque Roosevelt declaró la guerra a Japón y Hitler hizo lo mismo con Estados Unidos.

Stalingrado
 
La Batalla de Stalingrado fue un enfrentamiento entre los alemanes y los soviéticos que luchaban por el poder de la ciudad de Stalingrado entre el 23 de agosto de 1942 y febrero de 1943. Las bajas fueron de al menos de 4 millones de personas entre soldados y civiles. Esta batalla es considerada como la más sangrienta de la historia. La insistencia de Hitler a no renunciar a esta ciudad debido a que era una rica región petrolera del Cáucaso provocó la muerte de millones de soldados, la derrota de los alemanes significo la perdida de la esperanza por la conquista de Rusia y produjo que muchos oficiales nazis se convencieran de que Hitler estaba llevando a Alemania al desastre y a participar en el atentado contra Hitler en la Operación Valkiria de 1944. Esta derrota significó un punto de inflexión en la guerra, el fin de la Alemania Nazi había comenzado.


El Desembarco de Normandía
 
El 6 de junio de 1944, conocido como el día D, los aliados iniciaron el desembarco de un ejército formado por 150000 soldados americanos, británicos y canadienses sobre las playas de Normandía, en el noreste de Francia. Los principales aliados fueron Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá. Este plan fue ejecutado en las playas de Omaha y Utah por parte de los norteamericanos, Sword y Gold por parte de los Británicos y Juno por los canadienses. El propósito de este plan era erradicar a los nazis en Francia y continuar hasta Alemania para reunirse con las tropas rusas. Para distraer a los nazis los bombarderos atacaron el pueblo de Calais para hacerles creer que ese era el objetivo. A primera hora del 6 de junio varios hombres tomaron los puentes entre el Sena y el Loira destruyéndolos y más tarde tomaron las carreteras y líneas ferroviarias para que los nazis no pudieran recibir ayuda. El 25 de agosto, un mes y medio después, las fuerzas aliadas liberaron París. 


Hiroshima y Nagasaki
 
A parte del frente europeo también había otro en el Pacífico, entre Japón contra los Estados Unidos.
Los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques nucleares ordenados por Harry Truman, presidente de Estados Unidos contra Japón. Se efectuaron entre el 6 y 9 de agosto de 1945 provocando el fin de la Segunda Guerra Mundial. El arma nuclear “Little Boy” fue soltada sobre Hiroshima el 6 de agosto y la bomba “Fat Man” contra Nagasaki el 9. Estos ataques constituyen los únicos nucleares de la historia. Estas bombas mataron a 220000 personas, desde entonces ha habido casos de enfermedades debidas a la radiación liberada. Seis días después de la detonación sobre Nagasaki Japón anunció su rendición frente a los Aliados, concluyendo así, la Guerra del pacífico y la Segunda Guerra Mundial, desde 1939 a 1945. Al finalizar la guerra Japón fue ocupada por Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda.