jueves, 27 de junio de 2019

LA ALEMANIA NAZI COMO EJEMPLO DE ESTADO TOTALITARIO

Los años treinta estuvieron marcados en Europa por la aparición de los totalitarismos. La Italia fascista había planteado un modelo que, con variantes, se desarrolló más tarde en la Alemania nazi, la España franquista y otros países centroeuropeos. En Asia, el Japón militarista se sumó al conjunto de Estados totalitarios.

Las características de los Estados totalitarios

Más allá de matices, los regímenes totalitarios aparecidos o consolidados en esta década tuvieron rasgos en común que los definen como categoría.
Un Estado totalitario es más que una dictadura, aunque comparte muchas de sus caracte­rísticas; por ejemplo, la anulación de las libertades públicas, de la Constitución y de las insti­tuciones democráticas. Como en una dictadura, también se persigue a la oposición y se censura a la prensa.
Pero además de eso, el Estado totalitario pretende controlar la vida pública y gran parte de la vida privada. Para ello, establece organizaciones que encuadran y movilizan a los ciudada­nos. Son organizaciones sociales, políticas, económicas y culturales que agrupan a la juventud, las mujeres, los trabajadores o las empresas. El Estado totalitario vigila lo que las personas piensan y opinan, y monta un fuerte aparato propagandístico para elogiar las vir­tudes del régimen. Impone qué libros se deben leer, qué enseñanzas impartir, qué profesores y maestros están autorizados a enseñar, e incluso reglamenta la expresión de los escritores, artistas y científicos. Toda la vida de la sociedad está "capturada" por el Estado.
Por otra parte, el Estado se confunde con un partido político, pues este domina los órganos de decisión, el ejército y la burocracia. Desde quienes deten­tan los más altos cargos hasta los más humildes funcionarios deben presen­tar el carné de afiliado para ser admitidos en la administración pública.
 Otra característica que comparten los totalitarismos es la de tener, a la cabeza del Estado y del partido, una figura dominante: un líder, que actúa como "conductor" de su pueblo. Este líder se cree llamado a des­empeñar una misión que engrandecerá a su patria, lo que muchas veces implica planes de expansión territorial.

Información tomada de Historia 3. Ed. Santillana.


¿Cuáles caracterisitcas de un Estado Totalitario aparecen representadas en las siguientes imágenes del nazismo?


Heinrich Knirr, "Retrato del Führer" (1937)


Adolf Hitler declarando la guerra a EEUU en el Parlamento alemán (1941) 
La Gestapo, la policía secreta de la Alemania Nazi en acción. 

Las Juventudes Hitlerianas
Aula de una escuela en la Alemania Nazi

miércoles, 26 de junio de 2019

Nazismo y adoctrinamiento de los más jóvenes

“Estos niños y niñas ingresan a nuestras organizaciones [a los] diez años, y a menudo por primera vez respiran aire fresco. Después de cuatro años de estar en la categoría Jóvenes pasan a la Juventud Hitleriana, donde permanecen cuatro años más... Y aunque aún no son nacionalsocialistas completos, pasan al Servicio de Trabajo y son preparados durante otros seis o siete meses... Y si les llega a quedar algún rastro de conciencia de clase o estatus social... lasWehrmacht [Fuerzas Armadas alemanas] se encargarán de que desaparezca”. 
--Adolf Hitler (1938)

A partir de 1920, el Partido Nazi eligió a la juventud alemana como una audiencia especial para sus mensajes de propaganda. Estos mensajes resaltaban que el Partido era un movimiento de jóvenes: dinámico, fuerte, progresista y esperanzado. Millones de jóvenes alemanes fueron convencidos por el nazismo en las aulas y a través de actividades extracurriculares. En enero de 1933, la Juventud Hitleriana tenía solo 50 mil miembros, pero al finalizar el año esta cifra había aumentado a más de dos millones. Hacia 1936 la pertenencia a la Juventud Hitleriana había aumentado a 5,4 millones antes de convertirse en obligatoria en 1939. Posteriormente, las autoridades alemanas prohibieron o disolvieron las organizaciones juveniles rivales.



La educación en el Estado nazi

La educación en el Tercer Reich sirvió para inculcar a los alumnos la visión nacionalsocialista del mundo. Los educadores e intelectuales nazis exaltaban las razas nórdicas y otras razas “arias” y denigraban a los judíos y a otros pueblos considerados inferiores llamándolos “razas bastardas” parasitarias, incapaces de crear una cultura o civilización. Después de 1933, el régimen nazi purgó el sistema escolar público de maestros judíos o considerados “políticamente poco confiables”. No obstante, la mayoría de los educadores permanecía en sus puestos y se unió a la Liga Nacionalsocialista de Maestros. Hacia 1936, el 97% de todos los maestros de escuelas públicas, unas 300 mil personas, se habían unido a la Liga. De hecho, los maestros se unieron al Partido Nazi en mayor número que ninguna otra profesión.

Tanto en el aula como en la Juventud Hitleriana, la enseñanza tenía el propósito de producir ciudadanos alemanes conscientes de su raza, obedientes y capaces de sacrificarse, dispuestos a morir por el Führer y por la Patria. Un componente clave del entrenamiento de la Juventud Hitleriana era la devoción a Adolf Hitler. La juventud alemana celebraba su cumpleaños (el 20 de abril) -feriado nacional- como iniciación al Partido. Los adolescentes alemanes juraban lealtad a Hitler y prometían servir a la nación y a su líder como futuros soldados.

Las escuelas desempeñaban un papel importante en la difusión de las ideas nazis a la juventud alemana. Mientras los censores eliminaban algunos libros de las aulas, los educadores alemanes introducían nuevos libros de texto que enseñaban a los estudiantes el amor a Hitler, la obediencia a la autoridad del Estado, el militarismo, el racismo y el antisemitismo. Desde el primer día de clases se infundía a los niños alemanes el culto a Adolf Hitler. Su retrato estaba presente en todas las aulas. Los libros de texto con frecuencia describían la emoción que sentía un niño al ver al líder alemán por primera vez. Los juegos de mesa y los juguetes para niños eran otra manera de difundir la propaganda racial y política entre los jóvenes alemanes. Los juguetes también se utilizaban como medio de propaganda para inculcar el militarismo en los niños.



Organizaciones juveniles

La Juventud Hitleriana y la Liga de Jóvenes Alemanas fueron las principales herramientas que utilizaron los nazis para formar las creencias, el pensamiento y las acciones de la juventud alemana. Los líderes de la juventud utilizaban actividades grupales muy controladas y montajes de propaganda, como grandes concentraciones en las que abundaban rituales y espectáculos, para crear la ilusión de una comunidad nacional que se extendía a través de las divisiones religiosas y de clases sociales que caracterizaban a Alemania antes de 1933.

El propósito original de la Juventud Hitleriana, fundada en 1926, era entrenar a los niños para el ingreso a las SA (Tropas de Asalto), una formación paramilitar del Partido Nazi. Sin embargo, después de 1933, los líderes de la juventud buscaron integrar a los niños en la comunidad nacional nazi y prepararlos para servir como soldados en las Fuerzas Armadas o, posteriormente, en las SS.
En 1936, la pertenencia a los grupos juveniles nazis pasó a ser obligatoria para todos los varones y las mujeres de entre diez y diecisiete años. Las reuniones después de clases y los viajes de campamento los fines de semana patrocinados por la Juventud Hitleriana y la Liga de Jóvenes Alemanas enseñaban a los niños a ser fieles al Partido Nazi y a los futuros líderes del Estado nacionalsocialista. En septiembre de 1939, más de 765 mil jóvenes servían en roles de liderazgo en las organizaciones juveniles nazis que los preparaban para estos roles en el ejército y en la burocracia de la ocupación alemana.

La Juventud Hitleriana combinaba deportes y actividades al aire libre con ideología. Del mismo modo, la Liga de Jóvenes Alemanas hacía hincapié en el atletismo colectivo, como la gimnasia rítmica, que las autoridades de salud alemanas consideraban menos agotadora para el cuerpo de la mujer y mejor orientada para prepararlas para la maternidad. Las exhibiciones públicas de estos valores alentaban a hombres y mujeres jóvenes a abandonar su individualidad en favor de los objetivos del colectivo ario.

https://www.ushmm.org/wlc/mobile/es/article.php?ModuleId=10007833

jueves, 6 de junio de 2019

LA ALEMANIA NAZI

Los primeros pasos del nazismo

La derrota en la primera guerra mundial significó para Alemania el fin de la monarquía y la instalación de la República. El nuevo gobierno tuvo que aceptar las duras condiciones del Tratado de Versalles, contener a quienes impulsaban una revolución como la rusa y a quienes querían reimplantar la monarquía. Las dificultades económicas eran aún más graves: tenían que pagar las indemnizaciones por los daños causados durante la guerra, los precios aumentaban con rapidez y el dinero perdía valor. 

En este contexto, Adolf Hitler se convirtió en el líder del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (conocido como Partido Nazi). Pese a su nombre, no era un partido socialista, por el contrario, Hitler y sus seguidores eran violentamente antisocialistas y anticomunistas. Por eso crearon grupos violentos (los SA) para promover disturbios y atacarlos en la calle. Como en las elecciones el partido nazi conseguía pocos votos, Hitler intentó un golpe de estado en 1923 y terminó en la cárcel, donde escribió “Mi lucha”, la obra que definiría su ideología y la del nazismo. Al salir de prisión se dedicó a reorganizar el partido, creó una guardia personal (las SS) y procuró conseguir los apoyos necesarios para llegar al gobierno por la vía electoral, lo cual consiguió en 1933. 

Las principales ideas de Hitler

Sus ideas fueron expuestas en el libro “Mi lucha” y prácticamente no se modificaron a lo largo de su vida. En ese libro identificó quiénes eran a su entender los enemigos de Alemania: los bolcheviques (los comunistas) y los judíos. Por lo tanto, el futuro de Alemania dependía de la destrucción de esos dos enemigos. Esto coincidía con la idea de que los alemanes eran un “pueblo elegido” que necesitaba de un “espacio vital” mucho más amplio para desarrollarse (de ahí la idea de invadir Rusia, además de destruir a los bolcheviques) y con la idea de que eran una “raza superior” que debía evitar “contaminarse” con las que identificaba como “razas inferiores”,  principalmente los judíos. Según Hitler, estos objetivos serían logrados gracias al liderazgo de un “conductor” que salvaría a Alemania de los males que la amenazaban. 

"Mi lucha" por Adolf Hitler. Edición de 2016.

El ascenso de Hitler al poder

En 1929 estalló en EEUU una crisis económica que llegó a afectar a todas las economías capitalistas del mundo. Fue la denominada “gran depresión” de los años treinta. Sus consecuencias en Alemania se sumaron al malestar que sentía la gente desde el fin de la primera guerra mundial. En ese momento, las propuestas de Hitler comenzaron a ser escuchadas y en 1932 el Partido Nazi se convirtió en el más votado de Alemania. Como consecuencia, en 1933 se le ofreció a Hitler el importante cargo de canciller. Rápidamente los nazis encontraron una excusa para que Hitler reclamara poderes especiales, se disolvió el parlamento, se prohibieron los partidos de oposición y se anularon las libertades. También reprimieron con dureza a los sindicatos y encarcelaron a los socialistas y comunistas. En 1934 Hitler concentró todos los poderes, llamándose a sí mismo “Der Fûhrer” –el conductor- y prometiendo una nueva era de gloria para Alemania (el Tercer Reich). La recuperación económica que vivió Alemania, basada en la fabricación de armamento, la construcción de autopistas, carreteras y ferrocarriles financiados por el Estado, disminuyó la desocupación y sirvió para consolidar al nazismo en el poder.


Las promesas realizadas por los nazis hicieron efecto en las clases altas que buscaban frenar el avance del socialismo en Alemania, ya que temían perder sus propiedades. También consiguieron apoyos de las clases medias que sentían que estaban cayendo en la pobreza y de los desocupados que habia generado la gran depresión económica. Finalmente, el plan de recuperación económica sirvió para vincular a los nazis con los negocios de la burguesía industrial que al verse beneficiada decidió prestar apoyo al dictador.


Fotografía de Hitler tras la victoria de su partido en las elecciones

La ideología nazi en acción

En la Alemania nazi (de 1933 a 1945) la creencia en la superioridad de la “raza aria” y en el destino de grandeza que aguardaba a Alemania era continuamente alimentada por la propaganda, ejercida desde el sistema educativo y los medios de comunicación. Se practicaba un adoctrinamiento masivo, en el que se realizaban grandes actos partidarios y desfiles militares donde se escenificaba el culto al fuhrer y que ejercían un efecto emocional profundo sobre las multitudes.

Una vez consolidados en el poder, Hitler y sus seguidores emprendieron una política de persecución de los judíos alemanes. Se les privó de la condición de ciudadanos así como de los derechos civiles más básicos (desde el matrimonio libre hasta el ejercicio de sus profesiones). Se los marcó y separó del resto de la población alemana. Sus casas, comercios y templos fueron saqueados (por ejemplo durante la "Noche de los Cristales Rotos" en 1938). Finalmente, fueron enviados a campos de concentración y de extermino. La misma situación vivieron los judíos de los países invadidos por Alemania durante la segunda guerra mundial. 

Información adaptada de Historia 3. Ed. Santillana.


      Adolf Hitler es saludado por un grupo de pequeños pertenecientes a las Juventudes Hitlerianas. A partir de 1936 era obligatorio para los niños enrolarse en sus filas.

Desfile y concentración nazi

Detenidos tras la noche de los cristales rotos.


Comercio destruido tras la noche de los cristales rotos

CUESTIONARIO:

1) ¿Cuál era la situación politica y económica de Alemania tras la primera guerra mundial?
2) ¿Qué caracterizaba a los nazis en sus origenes? 
3) ¿Cuáles fueron las principales ideas de Adolf Hitler expuestas en el libro "Mi Lucha"? 
4) ¿De qué forma llegó Hitler al gobierno de Alemania? ¿Cuáles fueron los principales factores que influyeron para que ese hecho aconteciera?
5) ¿Cuáles fueron las primeras medidas tomadas por los nazis en el poder?
6) ¿Qué grupos sociales apoyaron el ascenso de Hitler al poder? ¿Por qué razones?
7) ¿Cuál fue la política del nazismo con respecto a la población judía de Alemania?
8) ¿Qué aspectos del nazismo aparecen representados en las últimas 4 fotografías? Averigua que eran las "Juventudes hitlerianas" y qué fue "La noche de los cristales rotos".

lunes, 3 de junio de 2019

Uruguay en los años treinta: la sociedad

La segunda presidencia de Terra (1934-1938)

Como muchos mandatarios de esta época, Terra se consideró un innovador. En buena medida, su gobierno respondió a los sectores sociales que lo habían respaldado, por lo que ofreció a las patronales empresariales la representación en varios organismos estatales.  Estas patronales empresariales representaban a la clase social privilegiada por ser dueños de la riqueza ganadera, comercial e industrial del país. Se nucleaban en la Cámara Nacional de Comercio, la Federación Nacional de la Industria y el Comercio, la Asociación Comercial del Uruguay y la Federación Rural. 

Los sectores populares fueron los más afectados por la crisis. Para contrarrestar los peores efectos de la desocupación y la carestía, el gobierno impulsó políticas de generación de fuentes de trabajo —como las obras públicas— y se convirtió, además, en el "gran empleador", fomentando el ingreso de funcionarios a la administración estatal.

Se implementaron también políticas asistenciales, como los comedores públicos —gratuitos o a bajo precio—, los subsidios a algunos productos alimenticios y el control de precios en ciertos artículos de primera necesidad. También se rebajaron los alquileres y se crearon organismos que permitieran el acceso a la vivienda para los trabajadores de los sectores bajos y medios.

Tomado y adaptado de Historia 3, Editorial Santillana.

domingo, 2 de junio de 2019

Uruguay en la década de 1930: la política

El golpe de Estado y la dictadura de Terra

El 31 de marzo de 1933, con el apoyo de sus aliados políticos y de las fuerzas conservadoras —sobre todo el Comité de Vigilancia Económica—, el presidente Gabriel Terra dio un golpe de Estado. A diferencia de otras experiencias similares en América Latina, en Uruguay las Fuerzas Armadas no participaron directamente en él. El presidente apenas contó con el apoyo de la policía y del cuerpo de
bomberos. Pese a ello, el ejército no se opuso; la oficialidad, mayoritariamente colorada y antibatllista, se mantuvo al margen y no defendió la legalidad.

El dictador disolvió el Consejo y el Parlamento y estableció una Junta de Gobierno y una Asamblea Deliberante. Como toda dictadura, eliminó las libertades públicas, censuró a la prensa y persiguió a la oposición con exilio, cárcel y asesinato. A pesar de la represión que llevó adelante contra sus adversarios —batllístas, nacionalistas independientes, socialistas y comunistas—, el apoyo que le brindaran sectores blancos y colorados contribuyó a que no prohibiera los partidos políticos.

La población no mostró resistencias. Salvo la huelga estudiantil en respuesta a la ocupación de la Universidad, no hubo manifestaciones populares de protesta. Los episodios más trágicos provocados por la dictadura fueron el suicidio de Baltasar Brum y el asesinato de Julio César Grauert, ambos líderes radicales del Partido Colorado. El alzamiento armado encabezado por el caudillo blanco Basilio Muñoz y secundado, entre otros, por el nacionalista Ismael Cortinas y el colorado Luis Batlle Berres, sobrino de "don Pepe", fue dominado en una semana.

Tomado de Historia 3, Editorial Santillana

sábado, 1 de junio de 2019

Uruguay en la década de 1930: la economía

Los años treinta: crisis y dictadura

Como toda América Latina, Uruguay sufrió las consecuencias de la crisis de 1929. Al igual que otros Estados del continente, llevó a cabo un plan para atenuar sus efectos y padeció un golpe de Estado y una dictadura. El caso uruguayo, sin embargo, mostró particularidades.

Las medidas contra la crisis

Entre 1929 y 1932, la caída de las exportaciones trajo como consecuencia un menor ingreso de divisas y la consiguiente devaluación del peso. Como en otros países, se recurrió a disminuir las compras en el exterior para evitar el desequilibrio de la balanza comercial. También a semejanza de otros casos latinoamericanos, Uruguay promovió la industria de sustitución de importaciones (isi) para contrarrestar la escasez y el alza de precios de los productos importados. Otra medida tomada para evitar la salida de divisas fue la prohibición a las empresas extranjeras de remitir ganancias a sus países de origen. Por otra parte, en 1932 la situación era tan crítica que el país suspendió el pago de la deuda externa.

En tan difícil coyuntura, el gobierno se movió en varias direcciones para atender intereses muchas veces contradictorios. En un primer momento permitió a los exportadores que vendieran las divisas a un precio más alto que el oficial para compensar la disminución de sus ingresos, pero pronto debió abandonar la medida, que producía más devaluación y perjudicaba al comercio importador, a la industria y a los trabajadores que vivían de ingresos fijos.

La política de obras públicas, como en otras naciones, fue un recurso para combatir la desocupación. Reforzando el dirigismo económico, el Estado pasó a su órbita, en carácter de monopolio, actividades que estaban en manos privadas, como la telefonía y la generación de energía hidroeléctrica. Nuevos entes estatales aumentaron su control sobre sectores estratégicos; tal fue el caso de ANCAP, creada en 1931 para establecer, entre otros fines, el monopolio de la importación, refinado y comercialización del petróleo y sus derivados.

Finalmente, el control de cambios y del comercio exterior amplió la intervención directa del Estado en la economía, provocando la reacción de los sectores empresariales.

Tomado de Historia 3, Editorial Santillana.