Los años treinta: crisis y dictadura
Como toda América Latina, Uruguay sufrió las consecuencias de la crisis de 1929. Al igual que otros Estados del continente, llevó a cabo un plan para atenuar sus efectos y padeció un golpe de Estado y una dictadura. El caso uruguayo, sin embargo, mostró particularidades.
Las medidas contra la crisis
Entre 1929 y 1932, la caída de las exportaciones trajo como consecuencia un menor ingreso de divisas y la consiguiente devaluación del peso. Como en otros países, se recurrió a disminuir las compras en el exterior para evitar el desequilibrio de la balanza comercial. También a semejanza de otros casos latinoamericanos, Uruguay promovió la industria de sustitución de importaciones (isi) para contrarrestar la escasez y el alza de precios de los productos importados. Otra medida tomada para evitar la salida de divisas fue la prohibición a las empresas extranjeras de remitir ganancias a sus países de origen. Por otra parte, en 1932 la situación era tan crítica que el país suspendió el pago de la deuda externa.
En tan difícil coyuntura, el gobierno se movió en varias direcciones para atender intereses muchas veces contradictorios. En un primer momento permitió a los exportadores que vendieran las divisas a un precio más alto que el oficial para compensar la disminución de sus ingresos, pero pronto debió abandonar la medida, que producía más devaluación y perjudicaba al comercio importador, a la industria y a los trabajadores que vivían de ingresos fijos.
La política de obras públicas, como en otras naciones, fue un recurso para combatir la desocupación. Reforzando el dirigismo económico, el Estado pasó a su órbita, en carácter de monopolio, actividades que estaban en manos privadas, como la telefonía y la generación de energía hidroeléctrica. Nuevos entes estatales aumentaron su control sobre sectores estratégicos; tal fue el caso de ANCAP, creada en 1931 para establecer, entre otros fines, el monopolio de la importación, refinado y comercialización del petróleo y sus derivados.
Finalmente, el control de cambios y del comercio exterior amplió la intervención directa del Estado en la economía, provocando la reacción de los sectores empresariales.
Sos clave atilio
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