El "golpe bueno" de Baldomir
En 1938 la población uruguaya
hacía 5 años que vivía la denominada dictadura de Terra. La particularidad era
que esta dictadura había sido legitimada mediante una constitución y en
elecciones nacionales, con la participación de los sectores más conservadores
del Partido Colorado y del Partido Nacional. En 1938 el presidente electo fue
el General Alfredo Baldomir, cuñado de Gabriel Terra. Sin embargo, el nuevo
presidente inició rápidamente contactos con la oposición política para
introducir algunos cambios.
En julio de 1938, una multitudinaria manifestación en Montevideo ratificó la necesidad de un cambio, reclamando "nueva Constitución y leyes democráticas". La circunstancia internacional, con la segunda guerra mundial en puerta, también incidió en el proceso. Aunque Uruguay al principio mantuvo la neutralidad, la influencia anglo-francesa en la historia del país alimentaba una corriente proaliada, de modo que las presiones de Francia e Inglaterra para que Uruguay rompiera relaciones con las dictaduras alemanas e italianas coincidían con los reclamos por “leyes democráticas”. Un acontecimiento decisivo para comenzar a desarmar la neutralidad uruguaya en la guerra fue el episodio del acorazado alemán Graf Spee, sucedido en septiembre de 1939, apenas comenzada la guerra. Un breve relato de los sucedido se puede leer en el siguiente link
Baldomir entendía que era
necesaria una nueva Constitución para destrabar la situación interna, pero se
encontraba bloqueado para tramitarla con un Senado que solo tenía
representantes del terrismo y el herrerismo, que eran los sectores
conservadores de los partidos tradicionales. En febrero de 1942 disolvió las
Cámaras y convocó a una Junta para elaborar una Constitución sin excluidos.
Paradójicamente, se volvió a la democracia a través de un golpe de Estado que
por su finalidad y el modo en que fue hecho se lo llamó "el golpe
bueno".
La Constitución de 1942 fue
plebiscitada en noviembre de ese año, conjuntamente con la realización de las
elecciones nacionales. Estas dieron el triunfo a Juan José de Amézaga,
candidato de consenso presentado por el baldomirismo y el batllismo. Los
blancos votaron divididos debido a las discrepancias entre herreristas y
nacionalistas independientes, y los partidos minoritarios lograron escasa
representación. Pese a esta fragmentación, Amézaga contó con un amplio
respaldo.
La guerra exigía definiciones
claras de los gobiernos latinoamericanos. La creciente hegemonía de Estados
Unidos en el continente y su ascendencia en la resolución de los conflictos
mundiales sustentaron la teoría de la "defensa hemisférica". En la
Conferencia de Cancilleres de Río, en 1942, se resolvió romper relaciones con
el Eje. En febrero del 1945, finalmente, se declaró la guerra a Alemania y
Japón.
La liberación de París también se celebró en Montevideo |
Textos tomados y adaptados de Historia 3. Ed. Santillana.
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