Balance
del período de la modernización en Uruguay
Del Uruguay de 1850-1860 poco quedaba treinta años después, en la década de 1880-1890; a no
ser la ganadería, principal actividad económica del país.
El
ferrocarril, inexistente en 1860, se había instalado entre 1884 y 1892. Seguíamos exportando la carne vacuna en forma de tasajo
a Cuba y Brasil, pero una novedad fundamental causó hondas transformaciones: el
ganado lanar. Cómo consecuencia de la producción de lana para la exportación surgió una clase media de estancieros, el vínculo
comercial con Europa se fortaleció, y la mentalidad empresarial tendió a imponerse
a todos los estancieros. El campo sin cercar de 1860 fue sustituido en no más
de 15 años (1875-1890) por el alambrado. A la antigua masa de desposeídos (gente sin tierra para trabajar),
fruto de la concentración de la propiedad en pocas manos y las guerras civiles,
se añadió la de los despedidos a raíz del alambramiento. Ahora sí,
los propietarios del suelo eran una de las clases sociales dominantes.
El viejo comercio de tránsito con las
provincias argentinas y Río Grande del Sur, con el cual el Uruguay había
modelado también su estructura económica, sufrió una fuerte crisis al consolidarse
las nacionalidades argentina y brasileña.
Los inversores extranjeros, particularmente
británicos, se apoderaron de todos los servicios públicos y la deuda externa.
Ellos, los grandes estancieros, y el “alto comercio” vinculado a la banca,
constituían el núcleo de las clases sociales dominantes en el país y se autodenominaban clases “conservadoras” con
orgullo.
El Estado, con muy poco peso como factor de
poder en 1870, era fuerte y obedecido en 1890. Gozaba del monopolio de la
coacción física luego de los gobiernos militares (1876-1886) y ello lo hacía
respetable. Las revoluciones ya no eran endémicas sino esporádicas; antes se
ambientaban en una nación sin fronteras ni conciencia nacional definidas, en
medio de gobiernos débiles y grupos sociales que se disputaban la propiedad de
la tierra; ahora debían gestarse en medio de la hostilidad de los estancieros
enriquecidos, de un sentimiento nacional que observaba con malos ojos la
alianza con el extranjero, y de un Estado que había puesto las técnicas del
siglo XIX al servicio de su aparato coactivo: telégrafo, ferrocarril, fusil de
repetición, artillería.
Los
partidos políticos no habían logrado crear todavía un sistema de convivencia.
El largo monopolio colorado del gobierno –35 años en 1900-, el fraude
electoral, y la existencia de una masa rural dispuesta a alzarse ya que carecía
de ocupación o estaba sujeta al miserable jornal cobrado por los peones,
todavía ambientaban las revueltas. Aparicio Saravia las encarnará en 1897 y
1904. Sin embargo, en líneas generales se observaba la historia con la
perspectiva de larga duración, el ciclo de las grandes guerras civiles había
concluido con el ascenso del Coronel Lorenzo Latorre al poder en 1876.
Todas estas transformaciones sucedieron
entre 1860 y 1890.
El
novecientos fue hijo de estos treinta años, así como de otros rasgos,
estructurales y permanentes en la historia uruguaya: el primado de la
ganadería sobre la agricultura; un sistema económico que requería un número
limitado de brazos; clases dominantes a las que las guerras civiles impidieron
continuidad, forzándolas a rehacer perpetuamente sus formas de dominio; una
mentalidad que tendía a expresarse secularmente.
Adaptado de Barrán,
J. P y Nahum, B., El
Uruguay del 900,
pp. 17-18.
1.
Señala en una columna las
transformaciones de la modernización y en otra columna las permanencias.
2.
¿Por qué el ferrocarril fue un elemento
de modernización y progreso?
3.
Averigua cuál era el origen de:
-
el alambre utilizado en el
alambramiento de las estancias a fines del siglo XIX.
-
Líneas telegráficas de Pedro y Andrés
Lamas.
-
Línea del Ferrocarril Uruguayo del Este
que unía Montevideo con Laguna Merín.
-
Las líneas de tranvías a caballo que en
1868 unían el centro con Paso Molino, Unión y Parque Rodó.
-
La compañía de energía eléctrica La Uruguaya
de 1885.
-
La empresa de Montevideo de aguas
corrientes Waterworks Co. que abastecía a Montevideo en 1880.